El farmacéutico tiene que prepararse intensamente para enfrentar el futuro. El
avance de la tecnología, la información y las comunicaciones generara un profesional que poco se parece a lo que
es hoy.
Los desarrollos en los primeros años de este milenio, están indicando
hacia donde debe ir la profesión de farmacéutico en los próximos 5, 10, 50 y
100 años.
Lo que tiene que ocurrir es que el
farmacéutico evolucionara a un estado muy distinto a lo que ha sido en los
siglos 19 y 20.
En esos dos siglos la tradición del
ejercicio del farmacéutico ha estado profundamente ligada a detectar, conocer y
extraer principios farmacológicos de las plantas, darles forma para ser
administrados, participar en los procesos de desarrollo o fabricación,
participar en la docencia e investigación, dispensar y vigilar su calidad o uso
institucional.
Las últimas tres décadas han
permitido que el farmacéutico se integre al equipo de la salud. Debido al
profundo conocimiento en farmacología y farmacoterapéutica ha resultado útil para
los médicos contar con su presencia como asesor en las revistas clínicas de hospitales.
En ese ambiente, contribuye a mejorar los niveles de seguridad en la
dispensación, en la administración de medicamentos, en el diseño de terapias
individualizadas, colabora con los médicos en efectuar el seguimiento clínico de
pacientes crónicos y en algunos lugares ha evolucionado para incursionar en la
anestesiología clínica.
El proyecto Genoma Humano y las
nuevas tendencias de tratamiento están cambiando el modo de atacar las
enfermedades. La industria farmacéutica se ha dedicado en gran parte al
desarrollo de medicamentos cada vez más específicos. El descubrimiento de
mecanismos metabólicos al más íntimo nivel celular ha permitido diseñar nuevas
formas de tratar las enfermedades y generar una tendencia a producir curas
radicales. Las investigación y los usos actuales de células madres para tratar ciertas
enfermedades.
En breve tiempo veremos a los ciegos ver, a los paralíticos
caminar y a los que han sufrido alguna perdida de un miembro, regenerarlo. La
síntesis de nuevas drogas en ambientes sin gravedad. Hay mucho que descubrir
aun y se requerirá del resto del siglo además de las más sofisticadas
computadoras que permitan disponer de un mapa completo de las reacciones
químicas, mediadores, condicionantes y procesos que reversen un estado de
enfermedad. A esta etapa del desarrollo la están llamando Biotecnología y
Nanomedicina.
Nuevos instrumentos permiten ahora
ver los átomos. En ningún momento previo de la historia del hombre eso había
sido posible. El surgimiento de la nanobiología y la nanotecnología ahora hace
posible lograr desarrollos aun muy incipientes o en etapa experimental en el
tratamiento de las enfermedades y condiciones delicadas. Piel artificial y
órganos para ser trasplantados se pueden fabricar ahora utilizando impresoras
3D.
Hay varios descubrimientos en el genoma humano que son responsables del
envejecimiento y correspondientemente se han diseñado mecanismos para lograr
extender la vida. Nanomáquinas biológicas o Nanobots, del tamaño de un virus, están
siendo diseñadas para dispensar drogas directamente en el tejido enfermo y
reducir, por ejemplo, una célula cancerosa o para producir una hormona. La manipulación
de los genes para lograr cambiar el aspecto de las personas o su metabolismo
tiene importantes aspectos éticos en contra pero una vez superadas las
limitaciones se requiere que alguien fabrique los bloques de información necesarios
que hagan posible esos cambios.
Los viajes interplanetarios requerirán
de síntesis programada de sustancias que permitan la supervivencia durante el
viaje a otros planetas o que adapten nuestra biología a otros ambientes. Entraremos
en una fase de adaptación biológica que podría modificar nuestro metabolismo,
resistencia a infecciones, radiaciones, gravedad y hasta nuestra apariencia fisica.
En el futuro, el uso de drogas de
tipo recreacional seguirá siendo monitorizado y será legal, pero
controlado. La búsqueda del placer o de nuevas e intensas sensaciones segura
estando presente y probablemente los monitores serán los farmacéuticos. Igualmente la apariencia fisica sera fundamental y las areas cosmetologicas no escaparan de desarrollos, pues estaremos simpre en la búsqueda de perfeccion.
Los
medicamentos están siendo diseñados ahora con una visión hacia la nanopartícula.
La ciclosporina y la mayoría de los agentes contra el HIV son parte de ellos. La
reducción en tamaño de los agentes terapéuticos permite hacer solubles algunos fármacos
y reducir su viscosidad para la administración intravenosa. Tecnologías accesibles
desde hace algún tiempo como SMEDDS
(“Self-Microemulsifying Drug Delivery System”) que es una mezcla isotrópica de un compuesto oleoso y
un surfactante que forma microemulsiones cuando es expuesto a un líquido
fisiológico. Son sistemas de tipo emulsión coloidal, en el cual, la fase oleosa
se encuentra dispersa en gotículas menores a los 150 nm. Su principal ventaja
biofarmacéutica es la aumentar su biodisponibilidad por mantener en solución al
fármaco durante su paso por las primeras porciones del tracto gastrointestinal.
No se trata
solo de mejorar la biodisponibilidad, sino de conocer y vencer las barreras o los
elementos limitantes que están mas alla de la absorción, como el ingreso al
interior de la célula misma. Los agentes que tienen que ser ingresados al
citoplasma de la célula tienen que superar la resistencia de la membrana
celular o de la nuclear para producir sus efectos. Adicionalmente puede que sea
necesario activar la sustancia a través de un medio físico como, por ejemplo
una radiación o un sonido.
Mucho está en fase experimental pero
la presión de la necesidad, hará que estos y otros desarrollos, deban ser
utilizados masivamente más temprano de lo que pensamos.
Es un tercer milenio lleno de
oportunidades para el farmacéutico. Aun seguirán existiendo en el futuro tareas
que tengan que ver con aliviar el dolor, reducir la inflamación, corregir un
defecto metabólico mientras se diseña la cura. Seguirán existiendo sistemas de
almacenamiento y dispensación de recursos farmacológicos, pero la apariencia de
tales recursos variara sustancialmente, pues algunos deberán ser insertados en Nanomáquinas
o Nanobots y otros deben ser insertados en un gen para luego ser trasplantados
en un tejido. Los diagnósticos médicos serán mucho más precisos y rápidos. El
paso limitante será la administración de la cura, en manos del farmacéutico.
En resumen, el futuro del ejercicio
profesional del farmacéutico no está separado de la evolución de otras ciencias.
Sustituirá la farmacognosia por la fabricación, para uso inmediato, de sustancias
individualizadas y con una actividad biológica perfecta, diseñados para curar y
no para “tratar” las enfermedades como hasta ahora. Sera responsable de
controlar las drogas y los equipos y microestructuras que las fabriquen o que
sirvan como agentes de dispensación (Nanobots). Tendrá que profundizar
conocimientos en física, química, matemáticas, biología, medicina, bioquímica, e
ingeniería tradicional y cuántica que le permita interpretar el resultado final
y diseñar formas galénicas perfectas. Deberá además integrarse a un equipo de
salud de mayores exigencias educativas. Sus colaboradores tendrán que ser muy
calificados para poder entrar en ese futuro complejo que llevara finalmente a
la cura de las enfermedades.
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